Medellín, rumbo a la liberación (6)

25 de Agosto de 2018

[Por: Juan José Tamayo]




Reformulación de la teología de la liberación bajo el signo descolonizador: Teologías del sur

Como respuesta a las transformaciones producidas en el nuevo escenario político, religioso y cultural, en alianza contrahegemónica con los movimientos sociales  y apoyándose metodológica y epistemológicamente en los discursos post- y de-coloniales, la teología latinoamericana de la liberación se está reformulando hoy como teología decolonial. El resultado es un cambio de paradigma en el relato teológico bajo el giro descolonizador, que cuestiona el racismo epistemológico europeo, tiene en cuenta los plurales escenarios geoculturales, políticos y religiosos y transita por los caminos del diálogo simétrico entre diferentes cosmovisiones, saberes, religiones, espiritualidades en el horizonte de las teologías del Sur Global. 

 

Crítica de las Teologías del Sur Global

 

En sintonía con las Epistemologías del Sur, el proyecto Colonialidad-Modernidad y la teoría de la Transmodernidad, las Teologías del Sur critican el eurocentrismo, el “racismo epistemológico” (Ramón Grosfoguel) y  la “herida colonial” (Mignolo), que desemboca en epistemicidio (De Sousa Santos), es decir, desprecio y minusvaloración de los saberes de los pueblos que no se atienen a la racionalidad moderna occidental, y el universalismo considerado por la teoría decolonial una particularidad más y un fenómeno singular de la historia local de Europa. 

 

Según los análisis decoloniales del científico social puertorriqueño Ramón Grosfoguel, lo que se esconde bajo la supuesta razón universal “eurocéntrica” son intereses particulares de sujetos varones heterosexuales, blancos, europeos, de clase media e imperialistas. El sujeto epistémico de los discursos universalistas “no tiene sexualidad, género, etnicidad, raza, clase, espiritualidad, lengua ni localización epistémica en ninguna relación de poder, y produce la verdad desde un monólogo interior consigo mismo, sin relación con nadie fuera de sí”1.

 

Según este análisis, ¿a qué quedarían reducidos los universalismos occidentales? Responde Castro-Gómez coincidiendo con Grosfoguel: A ser “la otra cara de un eurocentrismo que legitima la superioridad de Europa sorbe los pueblos sometidos a su dominio colonial…, a una encarnación cultural concreta (Europa), a un conjunto de valores dados a priori que preexisten a la política y que son usados como arma para someter a otras culturas, y formas de vida tenidas como bárbaras2.

 

Dos ejemplos de racismo epistemológico, al menos encubierto, son el principio cartesiano “Pienso, luego existo”, considerado el comienzo de la filosofía moderna, y la definición kantiana de Ilustración: “salida del hombre de su auto-culpable minoría de edad (Unmündigkeit)”.

 

El principio cartesiano establece una doble dicotomía: entre individuo y sociedad, que desemboca en individualismo, y entre ser humano-naturaleza, que considera al ser humano  independiente de la naturaleza y desvinculado de ella. Este planteamiento se convierte en condición necesaria para la expansión del capitalismo, a quien confiere legitimidad para la apropiación ilimitada y la explotación de los recursos naturales.

 

La razón cartesiana no está mediada por el cuerpo, ni por las emociones; es intelectualista y fría. Es asimismo, colonizadora. Enrique Dussel traduce el “cogito, ergo sum” de Descartes por “conquisto, luego existo” (Dussel), y Ramón Grosfoguel por “extermino, luego existo”. El resultado es la apropiación de los territorios, la colonización de las mentes, la destrucción de las culturas autóctonas y la depredación de la naturaleza.

 

La definición kantiana de Ilustración como “la salida del hombre de su auto-culpable minoría de edad” y su teoría del cosmopolitismo se traducen en la exclusión de los pueblos no-europeos. La razón ilustrada es, por ende, colonial. Es, a su vez,  fundamentalista ya que se presenta como el verdadero, solo y único modo de razón. Es patriarcal, ya que excluye a las mujeres del campo de la filosofía, de la ciencia y, en general, del conocimiento. 

 

Las teologías del Sur cuestionan igualmente la religión y la teología occidentales por ser considerarlas:

 

- deicidas, ya que destruyen los dioses y las diosas de los pueblos originarios e imponen el monoteísmo como la única y más perfecta forma de religión;

 

- violentas contra las formas de vivir la espiritualidad de estos pueblos: la espada se incrustó en la cruz, los textos sagrados de Abya-Yaya fueron sustituidos violentamente por el Evangelio en vez de compaginar ambos. 

 

- esclavistas, ya que legitima las encomiendas y la esclavitud de los negros (recuerdo en 2011, durante el Foro Social Mundial y el Foro Mundial de Teología y Liberación celebrado en Dakar, Senegal, la visita a la Isla de Doré, en Dakar, de donde salieron millones de africanos vendidos como esclavos). 

 

- Fundamentalistas, ya que no reconocen más que una sola y única religión verdadera y un único moldeo teológico, el eurocéntrico: el cristianismo impuesto por la fuerza con la espada ya la cruz.

 

Estas críticas son expuestas con gran originalidad, brillantez literaria y desgarro humano por Eduardo Galeano en el texto revelador de Los nadie:

 

“Los nadie, los hijos de nadie,/ los dueños de nada./ Los nadies, los ningunos, los ninguneados./corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos/Que no son aunque sean,/que no hablan idiomas, sino dialectos/ Que no profesan religiones, sino supersticiones/ Que no hacen arte, sino artesanía./ Que no practican cultura, sino folklore/ Que no son seres humanos, sino recursos humanos/ Que no tienen cara, sino brazos/ Que no tienen nombre, sino número./Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica rosa de la prensa local/Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata”.  

 

Yo lo aplico a las culturas, cosmovisiones, religiones y espiritualidades asiáticas, africanas, indígenas y afrodescendientes de América latina, el Caribe y América del Norte: “La cultura dominante admite a las culturas … como objeto de estudio, pero no los reconoce como sujetos de la historia; tienen folklore, no cultura; practican supersticiones, no religiones; hablan dialectos, no idiomas; hacen artesanías, no arte…, ni figuran en la historia universal, sino en la crónica rosa de la historia local”. Y yo añado: son naturaleza salvaje, no cultivan la naturaleza; tienen ídolos, no dioses; practican cultos idolátricos, no ritos sagrados; tienen supersticiones, no sacramentos; poseen usos ancestrales, no conocimientos; hacen magia, no ciencia; son contemplativos, no activos; viven anclados en el pasado sin perspectiva de futuro. 

 

Propuestas de las Teologías del Sur

 

Desde el punto de vista teológico, remito a tres obras recientes que incorporan los estudios post-  y de-coloniales a la reflexión teológica. Mi libro Teologías del Sur. El giro descolonizador hace un recorrido por las teologías del Sur Global: africana, asiática, latinoamericana y negra estadounidense, ubicadas en sus contextos socioculturales y en sus más significativas tendencias: feminista, ecológica, de la liberación y de las religiones. 

 

Son teologías emergentes, contrahegemónicas y creadoras de discursos alternativos que intentan responder a los grandes desafíos actuales que dan lugar a los diferentes sistemas de dominación: capitalismo en su versión neoliberal, colonialismo en sus versiones neocoloniales, patriarcado, racismo epistemológico, modelo de desarrollo científico-técnico de la modernidad depredador de la naturaleza, sometimiento de  la democracia a la dictadura del mercado, fundamentalismos, etc. Estas teologías transitan, en actitud de búsqueda, por los caminos del diálogo intercultural, interreligioso, interétnico e interdisciplinar Sur-Sur y Sur-Norte.   

 

Provocaçoes decoloniales à Teología Cristâ, de Carlos Cuhna, profesor de teología en la Facultad Jesuita de Filosofía y Teología en Belo Horizonte (Brasil), me parece especialmente iluminador por el recorrido que hace desde el Post-colonialismo al Pensamiento Decolonial, por  la clarificación conceptual, las críticas y provocaciones del pensamiento decolonial a la teología cristiana y por la original propuesta de una “Teología del Reconocimiento”. Tuve oportunidad de compartir experiencias y reflexiones enriquecedoras con el profesor Cuhna en el Foro Mundial de Teología y Liberación, celebrado en Salvador de Bahía del 12 al 17 de marzo de 2018. 

 

El libro Decoloniality and Justice: Theological perspectives editado en tres lenguas: castellano, francés e inglés bajo la dirección de Jean-François Roussell, profesor en el Instituto de Estudios Religiosos en la Universidad de Montréal (Canadá), recoge las conferencias del  séptimo Foro Mundial de Teología y Liberación (FMTL) celebrado en Montreál (Canadá) del 8 al 13 de agosto de 2016, cuyo título fue “Resistencia, esperanza y creatividad: Otro Mundo Posible”. Es un diálogo riguroso y fecundo entre las diferentes tendencias de las de teologías post- y de-coloniales del Sur global3

 

Conclusión: “El Sur también existe” (Mario Bendetti). El Sur, lugar de la utopía

 

En 1968, la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Medellín (Colombia), hizo una severísima crítica del colonialismo interno y del necolonialismo externo. Unos años después el teólogo católico peruano Gustavo Gutiérrez y el teólogo argentino protestante José Míguez Bonino 

 

En 1995 el científico social portugués Boaventura de Sousa Santos formulaba con gran lucidez las tres orientaciones en que habría de basarse una Epistemología del Sur: “aprender que existe el Sur, aprender a ir al Sur, aprender a partir del Sur y con el Sur”. Lo hacía en su obra auroral Hacia un nuevo sentido común. Derecho, Ciencia y política en la transición paradigmática, que hoy culmina con Justicia entre saberes: Epistemologías del Sur contra el epistemicidio (Morata, Madrid, 2017). 

 

La iniciativa coincidía con la publicación del poemario de Mario Benedetti “El Sur también existe”, cantado por Juan Manuel Serrat con esta cadencia: “... Y aquí hay quienes se desmueren/ y hay quienes se desviven/ y así entre todos logran/ lo que era un imposible:/que todo el mundo sepa/que el Sur también existe”. Estaba naciendo un nuevo paradigma: la irrupción del Sur en el campo de los saberes y de las experiencias emancipatorias con identidad propia y empoderamiento. Es en este horizonte, aplicado al campo religioso, en el que se ubica el giro descolonizador de las Teologías del Sur. El Sur Global es el lugar de la utopía de Otro Mundo Posible.

 

Citas

 

1 Ramón Grosfoguel, “Descolonizando los universalismos occidentales: el pluriverso transmoderno decolonial desde Aimé Césaire hasta los zapatistas”, en Santiago Castro Gómez y Ramón Grosfoguel (eds.). El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global, Universidad Central-Instituto Pensar-Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2007, 64.

2 Santiago Castro-Gómez, “¿Qué hacer con los universales occidentales?. Observaciones en torno al giro decolonial”, en Mabel Moraña (ed.), Sujeto, descolonización, transmodernidad. Debates filosóficos latinoamericanos, o. c., 195-196.

3 Cf. Juan José Tamayo, Teologías del Sur. El giro descolonizador, Trotta, Madrid, 2017; Carlos Cuhna,  Provocaçoes decoloniales à Teología Cristâ, Terceira Via, Sâo Paulo, 2017; Jean-François Roussel (ed.), Decoloniality and Justice: Theological perspectives, Oikos Editora, Sâo Leopoldo, 2018. 

 

 

Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría”. Universidad Carlos III de Madrid

 

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