Fe en la resistencia, aquí y allá… (1)

04 de Octubre de 2018

[Por: Rosa Ramos]




“… El tiempo que vivimos es siempre un sendero 

de experiencias del camino que nos fueron nutriendo. 

El recuerdo del pasado es para gestar lo nuevo. 

La memoria es para andar con el corazón sin miedo…

La memoria se hace danza, del dolor y del encuentro…”

Canción de Francisco Murray, cp

 

En el año que celebramos los 50 años de la Conferencia Episcopal de Medellín, volvemos a afirmar que la fe no es ajena a la vida, a la realidad, a los miedos, a la injusticia, ni a las pequeñas y parciales resurrecciones; en suma al pan y al vino de cada día que compartimos con los pueblos de los que somos parte. Más aún, recordamos y afirmamos que el contexto histórico contexto es parte constitutiva de la fe, porque lo es de la acción y revelación del Dios en que creemos.

 

Medellín entronca muy bien con la Constitución conciliar Gaudium et Spes. Sin duda los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de la humanidad, y en especial de los que más sufren, son los gozos, esperanzas, tristezas y angustias de esta nuestra Iglesia latinoamericana.

 

En estos días he bebido y reconocido en tres copas diferentes –dos libros y una película– el sabor de nuestras ricas historias; sabor tantas veces amargo, pero también con dejos de dulzura que queda al paladear la memoria de tantas vidas entregadas generosamente. 

 

Tanto la película como los libros comparten frutos y consecuencias de la recepción del Concilio, a la luz de Medellín y la teología latinoamericana, en realidades y tiempos muy duros en Guatemala, Argentina y Uruguay respectivamente. Los protagonistas son personas de fe, interpeladas por la historia, capaces de leer los signos de los tiempos y asumir decisiones en las que se juegan la vida junto a sus pueblos, en función del Evangelio.

 

La historia se lee desde el presente -y gestando futuro-, de tal modo que puedo hoy leer-beber esas vidas desde una nueva sensibilidad y/o clave hermenéutica. Antes admirábamos esas vidas casi en su calidad de “viriles”, más allá de que fueran de varones o mujeres, pues entendíamos y valorábamos aquellas entregas por su gran abnegación, desde un discernimiento racional: por pura “convicción”.  Hoy las leo-bebo también como vidas pródigas de cuidado y de ternura, rasgos que ya no vemos -ni tememos- como fragilidades sino como signos de humanidad madura. 

 

En las lecturas y en el documental me impactaron esas vidas pródigas de ternura y de cuidado; junto al serio discernimiento de ideales y convicciones, aquilaté a mujeres y varones que amaban la vida, que amándola y por amor a otros, se entregaron sin más. 

 

Les comparto algunos sorbos para catar este buen vino:

 

Copa 1: “Al oído del otro. Monseñor Próspero Penados del Barrio”, 2018, de la Lic. Anabella Penados (publicación 2018). Muy merecido homenaje a la vida de un obispo guatemalteco que no conocía, este libro me lo regaló Jesús Rodríguez, sacerdote español con 49 años en Guatemala. País sufrido por la violencia sistemática herencia aún de la época colonial, luego por la violencia de grupos guerrilleros, militares y paramilitares. En ese contexto, muchos religiosos y religiosas consagraron sus vidas al servicio de los pobres, procurando para ellos una vida digna, comenzando por ayudar a comprender que tenían derecho a ella. 

 

Entre ellos se destacó este obispo de fe probada y profundamente humano, que supo acompañar a sus sacerdotes (pocos nativos, muchos belgas y españoles), y a los laicos que vivían en durísimas condiciones, buscando siempre la promoción humana, enfrentando las críticas y el desprestigio por parte del gobierno. “Toda su vida fue de acompañamiento fiel al pueblo”. Pasó la vida al oído del otro acogiendo a los pobres, necesitados y a víctimas de la violencia. Hombre sencillo, cálido, de gran humor, de paz, pero capaz de posturas proféticas. 

Le tocó a Monseñor Próspero vivir el martirio de su pueblo (primero como obispo de San Marcos, luego en la capital) y el de su amigo Monseñor Juan Gerardi, dos días después de entregar el informe sobre las violaciones de los DDHH durante la guerra. Juntos habían creado la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. 

 

Copa 2: Cartas de Alice Domon de Diana Viñoles (publicado primero en francés y en español hace menos de un año); Ya había leído la tesis doctoral en Filosofía de Viñoles, un trabajo excelente e impactante por su contenido y calidad, sobre las religiosas francesas desaparecidas en Argentina en 1977, centrado especialmente en Alice Domon. Ahora leí este segundo libro que me regaló la autora en Bogotá, donde lo presentara haciendo memoria del legado de Medellín. Aquí organiza cronológicamente las cartas que Alice escribiera a su familia durante los 10 años que vivió en Argentina. Un total de 98 cartas, fechadas en los diferentes lugares donde entregó su vida: Morón, Villa Lugano, Perugorría, Curuzú Cuatiá, Paraná, Buenos Aires. 

 

Con su publicación Diana Viñoles se propone “reflejar las opciones éticas de la vida de Alice, conocida también como la hermana Caty, "la peculiaridad de una existencia", pero además construir “un cuerpo narrado que materialice” y haga presente el cuerpo desaparecido por la crueldad del terrorismo de Estado. A mi juicio sin duda lo logra, al punto de permitir entender con categorías actuales algo de lo que en la fe decimos de María: que fue asunta en cuerpo y alma a los cielos. 

 

"Estos vínculos forjados con otros y otras sobreviven a la desaparición física de Alice", dice la autora. Tras la lectura realmente creo que Alice no acabó de cuerpo y alma en el mar, acabó entera en Dios porque acabó entera en los que amó y por los que se dejó amar. Y así llega también a quienes no la conocimos pero la leemos tantos años después. “De lo bello y bueno nada se pierde”. Ni de María ni de nadie, por eso hacemos reverencia y cuidamos con delicadeza las memorias. Como dice la canción que invitamos a escuchar: 

 

“Memoria de los gozos que invitan a gozar, memoria de los duelos llamados a sanar, memoria de los sueños que nos hacen avanzar…”

 

Copa 3: Fe en la resistencia, film documental uruguayo, recién estrenado, dirigido por un cristiano, Lic. Nicolás Iglesias Schneider. Se trata de una investigación en diversas confesiones cristianas: católicos, metodistas, valdenses, y también de cultos afro. Hace una mirada retrospectiva con entrevistas a los protagonistas de las décadas de los 60, 70 que movidos por la fe asumieron una serie de compromisos y armaron la resistencia en los años oscuros del país. Es un testimonio de la solidaridad y de afirmación de la dignidad humana… (continuará).

 

 

Imagen: https://www.antesdepartir.org.mx/nuevos-hallazgos-sugieren-tres-copas-vino-semanales-prevenir-cancer/ 

 

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