Remanso de sistematización: aprender de la experiencia

30 de Julio de 2020
[Equipo de la Escuelita]

1. Aprender de cada movimiento: una memoria pedagógica

La sistematización de experiencias es un ejercicio intencionado que busca penetrar en la trama próximo compleja de la experiencia y recrear sus saberes con un ejercicio interpretativo de teorización y de apropiación consciente de lo vivido. Requiere un empeño de curiosidad epistemológica y supone rigor metódico para convertir el saber que proviene de la experiencia, a través de si problematización, en un saber crítico, en un conocimiento más profundo (…) La sistematización de experiencias permite ligar la reflexión que emerge de lo que vivimos con otras aproximaciones teóricas, para poder comprender, mas allá de la pura descripción o inmediatez, lo que estamos viviendo. El padre de la sistematización, Oscar Jara, ‘La sistematización de experiencias’ (2016)

2. Comida, línea del tiempo, mapa de revelaciones, preguntas y bendición: la Escuelita 

 

El mundo no es. El mundo está siendo. Como subjetividad curiosa, inteligente, interviniente en la objetividad con la que dialécticamente me relaciono, mi papel en el mundo no es solo de quien constata lo que ocurre, sino también de quien interviene como sujeto de lo que va a ocurrir. 

Padre de lxs educadorxs populares, Paulo Freire, ‘Pedagogía de la autonomía’ (1997).

 

A dos meses de haberse inaugurado, la Escuelita de Comunidad en NuestrAmérica ‘Bendita Mezcla’, necesita parar la pelota, respirar profundo y contemplar lo andado. 

 

Mirar despacio lo creado, sentipensar los cuatro grandes movimientos que hemos realizado hasta la fecha en la Escuelita (faltan siete todavía): 

 

1. Olfatear historias en la mesa 

2. Contar el origen de la comunidad

3. Desvelar los territorios sagrados en NuestrAmérica

4. Intuir el canto en el silencia, la mística de la tierra.

 

Aprender para seguir andando nomas. 

 

 

3. Un proceso en dos tiempos: el fluir y el remanso 

 

Circular es el viaje
como rítmico el latido del corazón

Eric Doradea

 

La pandemia del Covid 19 parece haber detenido en seco al mundo por un buen rato. No tardará en comenzar a girar frenéticamente otra vez, con nosotros dentro, asustados o no. En ese ‘parate’ de la humanidad en primera sincronía planetaria, se ha llevado más de medio millón de vidas, de los cinco continentes. Algo deberíamos aprender, antes que todo se mueva otra vez. 

 

La ‘Escuelita Bendita Mezcla’ surge en Pandemia, aunque llevaba años preparándose. Busca construir procesos de aprendizaje desde el movimiento de nuestras vidas. Por eso nos vemos convocados a poner a danzar quietud y movimiento, en una doble temporalidad que cuide el proceso: fluir y acurrucarse en el remanso, aquietarnos en el movimiento para contemplar. 

 

Menos es más, también en educación. Si somos capaces de imprimir un nuevo ritmo a nuestra apasionante labor educadora, estaremos en condiciones de volver a pensar que la educación puede contribuir a satisfacer las necesidades de la sociedad. Pero no una sociedad cualquiera, sino una sociedad mucho más justa, equitativa, no violenta y solidaria que la actual.

 

Joan Domenech Francesch, en el prólogo: EI despertar de la lentitud, en ‘La pedagogía del caracol’.

 

Luego de dos meses, nos atrevemos a un ‘remanso de sistematización’, que quiere poner el ojo en el método, es decir en ‘el camino’. Recordar los pasos que cada núcleo quiere recorrer, para poderlos utilizar como ejes de sistematización, como clave de interpretación de la práctica para madurar nuestros aprendizajes colectivos. 

 

Podemos resumir este método, que se está-haciendo, de la siguiente forma:

 

1- Aprender de abajo. Tomar en serio la sabiduría del pobre, de la tierra, de las excluidas. Resulta fundamental contemplar con detenimiento cada relato que inicia nuestros ‘temas’. Sin escuchar a lxs de abajo, no es posible aprender en esta escuelita: tomar nota de sus expresiones, de las palabras que usan, de las emociones que trasmiten, etc.

 

2- Sentipensar desde otros saberes. Dejarnos interpelar por palabras de hermanos y hermanas que han cultiva académicamente un saber. Ellxs nos ayudan a poner en tensión el relato de vida, a profundizar en la sabiduría popular y hacernos preguntas. 

 

3- Ponerle  cuerpo-territorio a los trabajos. No hay conocimiento sin creación. No es posible copiar un trabajo en esta escuelita. No se trata de repetir ‘panfletos de la liberación’ ni de copiar doctrinas catequísticas. Hay que ponerle nuestra piel, pensar desde nuestro territorio-comunidad, sembrar allí el tema que se esté trabajando. Sin este movimiento de siembra, la escuela no tiene ningún sentido. 

 

4- Celebrar la búsqueda. No hemos llegado, estamos en el medio del camino, no tenemos certezas y podemos hablar siempre a tientas. Balbuceamos ideas, a sabiendas que erraremos. Pero allí, en ese silencio, ese fuego compartido, descubrimos una mística agradecida del proceso, una celebración de cada encuentro. Hay una dimensión del goce en el proceso de ‘Bendita Mezcla’ que es irrenunciable.

 

El 23 de julio del 2020 vivimos un gran ejemplo de este método, puesto en marcha en la Minga de teología narrativa de la liberación. La imagen que acompaña esta publicación retrata el momento final: terminamos encendiendo una luz, frente a todas las oscuridades que hoy nos separan y violentan, y recibimos la bendición de Leonardo Boff, una gran luciérnaga en este camino. 

 

Francisco Bosch

Equipo Escuelita BM

 

 

Pd 1: Puede verse la vitalidad de Leonardo Boff por más de dos horas en la Minga de teología narrativa de la liberación en https://www.facebook.com/herman.bosch.7/videos/10222814914582344/ 

 

Pd 2: abajo compartimos el poema completo de Eric Doradea, leído por el mismo autor. También adjuntamos para leer un material sobre sistematización de experiencias, del histórico programa de educación popular ‘Alforja’. 

 

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