[Por: Luis Eduardo Villarreal Ríos]
Consignar por escrito la experiencia de Dios no depende de inercias o rutinas, sino más bien del silencio, el espacio, la paz. Se trata de una práctica consistente, fruto sí de la disciplina interior, pero más de contemplar a Jesús, sus dichos y hechos, su misterio y, sobre todo, el proyecto del Reino. Guillermina Burciaga Mata, la mujer cercana a la Banda, la hermanita fundadora de la Compañía María de Nazareth y también la amiga, un día sintió la efusión del Espíritu para escribir sus andares en el vasto mundo de la mística, esa prístina luz sobrevenida de manera inefable y que, gracias a los textos compartidos en este libro, nos permite absorber tal irradiación…
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