[Por: Francisco José Bosch]
II Minga continental de teología Narrativa de la liberación
El tres de agosto de dos mil veinticinco, cincuenta jóvenes de NuestrAmérica se darán cita en las periferias de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Ir a los confines de la tierra, para descubrir el corazón de nuestra fe: el CIDECI (Centro De Capacitación Indígena) nos recibe, abre sus puertas y su historia. Calendarios y geografías que nos marcan el camino.
[Así planeaba empezar, el cronista, la historia de un encuentro. Este oficio, viejo como la historia de la humanidad, lo tiene algo cansado. Después pensó en algo más lacónico: en los días de tal mes, en tal lugar, se juntarán jóvenes que vienen realizando una formación virtual hace dos años en la escuelita de comunidad de tal nombre. El encuentro, que ellos denominan Minga, porque se trata de un trabajo colectivo, es la graduación del proceso formativo. Ellos, adictos a los neologismos, dicen que cada animador comunitario que termina la escuelita se recibe como escuchador-a, celebrador-a, despertador-a y cosechador-a. Estos cuatro rasgos del perfil del egresado de la mentada escuela de comunidad, son ahora metaforizados como horcones que sostienen el mundo, visitando la figura que un tal obispo de una diócesis perdida, usó hace años, para colocar los rasgos centrales de lo que denominó la Iglesia Autóctona. Cantidad de inventos, cantidad de referencias internas, cantidad indescifrable de códigos.]
Ante el fracaso de contar descriptivamente el milagro de la potencia actual de la teología de las comunidades y sus luchas por cambiar el mundo, nos rendimos ante la costumbre de Bendita Mezcla, de escuchar las voces, las más cacofónicas posibles, de los protagonistas que estarán en la Minga de teología narrativa de la liberación.
[Entonces el cronista saca un grabador, camina, escucha y pregunta, para hacer un pastiche de barroco latinoamericano:]
La voz de un anfitrión Ch’ol: los que preparan la casa
Soy padre Eugenio Montejo Velasco, presbítero de la cultura Ch'ol, actualmente estoy colaborando en la parroquia de San Miguel Arcángel, zona chol, un 90 por ciento son hablantes choles. Otro resto de hablantes español.
Comparto mi senti-pensar del encuentro de la Bendita Mezcla , que va ser del 3 al 10 de agosto de este año. Nosotros como Cebs juvenil y la Cebs de adultos de la diócesis de san Cristóbal de las Casas, como dijo Tatic Samuel Ruiz García ‘estamos en la hora de gracia’, sabemos que como diócesis ha marcado su caminar pastoral, su ser pastor y profeta, desde Fray Bartolomé de las casas hasta hoy en día.
Hemos sido también de una diócesis Martirial por 45 mártires de actual, Simón Pedro, los 11 mártires de la parroquia de San Pedro y San Pablo del municipio de Chicomucelo que han ofrendado su vida por la Paz y la defensa de la tierra y territorio. 20 de octubre del 2024, nos asesinan a balazos al Padre Marcelo Perez Perez que ha sido incansable defensor de los derechos, mediador de la paz y caminando con los pueblos marginados. Al ver testimonio de nuestros catequistas y mártires nos motiva seguir delante de tantas persecuciones y amenazas, nos vamos mantener de pie por la lucha de la paz y la defensa del territorio.
[El cronista interrumpe, necesita añadir, que la minga se inaugura en el santuario de la Guadalupe donde era párroco el mártir Marcelo, que iremos a comer y rezar con su comunidad, y que visitaremos ‘Sakamch'en de los Pobres’, donde está sembrado su cuerpo. También visitaremos, de rodillas, Acteal, para escuchar la dignidad de ‘Las Abejas’ que no se dejan masacrar y siguen polinizando de memoria el mundo que busca florecer. El cronista se detiene, ha abusado de los adjetivos, poco profesionalmente se encuentra ya en medio de los cerros de Chiapas, no logra tener la necesaria distancia del observador, ha fallado, otra vez.]
Como iglesia diocesana hemos optado las tres opciones: 1975 opción por los pobres; 2014 opción del cuidado de la madre tierra y territorio; y 2022 la opción por la cultura de paz.
Nos da un gran alegría de que también ese mes de mayo hemos celebrado la asamblea diocesana para asumir los cuatro líneas de acciones: 1. El cuidado de la madre tierra y territorio; 2. La Construcción de la paz; 3. Una espiritualidad comprometida; 4. el Acompañamiento de las nuevas generaciones.
Bienvenidos en la iglesia Martirial de la diócesis de San Cristóbal de las casas y sus 7 zonas pastorales.
[Retumba en la libreta del cronista la palabra guerra, que nace de la repetición programática de la palabra PAZ. ¿Cómo construir la paz en una tierra en guerra?, anota el cronista. Al mismo tiempo piensa como se dirá esa palabra en la lengua materna de Eugenio, que ha tenido que usar el castellano, para comunicarse con este ignorante.]
Llegan voces desde la tierra que desea no tener mal
Soy Pamela Rojas, Mamá de Avril, esposa de Beto, Henduhára- Escuchadora y animadora de CEBs y miembro del equipo de BM Paraguay.
Les escribo desde mi querido Paraguay, país bilingüe, de gente mbarete y juky fuerte y feliz. Estamos preparándonos para vivir una experiencia comunitaria que hemos soñado y caminado desde hace ya varios años, nuestra historia empezó en el año 2020 en el que hemos participado en primer encuentro Continental de jóvenes, ese mismo año fuimos parte de la primera promoción de la Escuelita Bendita Mezcla de NuestrAmerica, que culminó con una Minga presencial en el Salvador en el 2022.
Al año siguiente, en el 2023 hemos sido sede de la primera Minga territorial de Bendita Mezcla, “Yvy Marane’y rekavo” Hacia la tierra sin mal, con la participación de jóvenes de todo del interior del país y también de la zona de la Capital, dónde juntos hemos trabajado el ministerio de ser Henduharas, cuya palabra significa ser escuchador, escuchadora a partir de estás Mingas tenemos hoy cuatro jóvenes que se preparan con ansias para asistir a Chiapas a la segunda Minga de Teología Narrativa de la Liberación como graduación de la segunda promoción de Escueleros de Bendita Mezcla.
Con el corazón repleto de alegría, con la intuición de seguir aprendiendo, y de que a través de esta Mezcla Bendita podamos seguir aportando a nuestros procesos internos, sintiendo ya el calor del encuentro comunitario, de poner el cuerpo, la escucha y todos los sentidos para percibir el misterio, recibir con amor las historias de las comunidades de Chiapas, las experiencias de Dios de tantos otros jóvenes que buscan para construir el Reino nos emociona a flor de piel, oremopirīmba.
[El cronista no sabe como apuntar las palabras guturales que la joven desliza con la boca sonriente, ágilmente. Imposible, el cronista es ignorante de esa lengua. La escucha en un estado de fascinación, que se fortalece cuando entiende que la joven que habla, Pame, hizo todo el proceso como educadora en la escuelita, y no irá a Chiapas, y se siente totalmente parte del proceso. La potencia de ser algo mas que personas sueltas, la fuerza de los procesos colectivos. El cronista levanta la cabeza porque escucha otra voz.]
Mi nombre es Librada Acosta Maidana, 30 años de edad, de profesión periodista y mamá de una hermosa niña de 8 años.
Vengo del vibrante Bañado Tacumbú, en Asunción, Paraguay, un lugar que ha forjado mi identidad y mi compromiso con la comunidad.
Actualmente, dedico mi tiempo a la Coordinación de la Parroquia San Felipe - Santiago y San Miguel, donde también soy animadora de las Comunidades Eclesiales de Base y la encargada de la comunicación. Mi labor en la parroquia me permite estar cerca de la gente, escuchar sus historias y contribuir al desarrollo de nuestro entorno.
Mi corazón rebosa de emoción y, debo confesar, de una saludable dosis de ansiedad al pensar en Chiapas: Que tomo como la graduación de Bendita Mezcla en Chiapas, México. Este evento representa la culminación de un camino de aprendizaje y crecimiento personal que espero celebrar con alegría y gratitud. Estoy deseando compartir este momento tan especial con mis compañeros y sumergirme en la rica cultura de Chiapas y todo lo que conlleva Bendita Mezcla.
[El cronista anota el nombre de esa voz, con su lugar el mundo como apellido: Librada del bañado Tacumbú, en la rivera del rio Paraguay, justo allí donde se construye el proyecto de viviendas más importante de la historia del Paraguay, gracias a la lucha de la comunidad creyente organizada. El cronista anota como un punto en su Maps, el lugar desde donde habla este joven. Adjunta una toma satelital:]
La voz de los cuidadores de la Casa Común
Mi nombre es Lucas Dalmaso, pertenezco al movimiento de cuidadores de la casa común, en un pueblo llamado Santa Elena, pegadito al rio Paraná, en la provincia de Entre Ríos, Argentina. Vengo participando de la escuelita de Bendita Mezcla, en este tercer año preparando la minga para el encuentro en Chiapas. Bendita Mezcla significa para mí y para cuidadores de casa común, la posibilidad de nutrirnos desde una espiritualidad encarnada, y de una teología del Pueblo. Como movimiento de cuidadores, trabajamos con jóvenes y mujeres con muchas vulnerabilidades y con muchos descartados, con los que buscamos la generación de trabajo desde un paradigma del cuidado, como nos lo propone Francisco, en la Laudato SI. Lo sintetizamos diciendo trabajo más espiritualidad igual a revolución, y entendemos la revolución haciendo teología, y esta teología.
Desde cuidadores de la casa común llevamos adelante este año una campaña de lucha y defensa del rio Paraná, contra las políticas neoliberales que quieren transformar al río en una Hidrovía. Esta campaña denominada “Remar contra corrientes”, en la cual nos juntamos con 190 organizaciones de Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay, nos llevó a realizar una remada por todo el rio Paraná para sensibilizar sobre el ecocidio y robo de los recursos de nuestro Pueblo. La remada tuvo su inicio en Clorinda, Argentina ciudad pegada a nuestros hermanos de Paraguay, lo que nos permitió encontrarnos con nuestra compañera y hermana Samy Samudio del Bañado de Tacumbú, con la cual venimos compartiendo el hacer teología con una espiritualidad encarnada de escuelita de Bendita Mezcla, trayendo sus saberes y luchas, de su Pueblo. Bendita Mezcla nos permitió construir vínculos, que desde espacios de formación virtual, llegamos a construir redes y lazos de fraternidad encarnados en el territorio, y sabernos como Pueblo que luchamos y tratamos de hacer presente a Jesús en nuestra vida y la vida de nuestros pueblos. Podemos decir que desde bendita Mezcla estamos haciendo teología mientras remamos contra corrientes, mientras defendemos el agua y la vida.
[El cronista se ríe al pensar cómo se puede hacer teología desde una barcaza en un rio, calor de la remada contracorriente. Piensa que lejos está esa imagen del hombre sentado en un escritorio que divaga sobre alejadas ideas. Pero desde el monte, escucha otra voz:]
Soy Luchi Sanchez, de Córdoba, Argentina. Me acerqué a la escuelita de bendita mezcla con el deseo de conocer otras experiencias de fe, comunidad y militancia. Vengo de tradición evangélica y cuando por primera vez escuché sobre las comunidades eclesiales de base me parecieron experiencias reveladoras y sobre todo tan distintas a lo que había vivido dentro de mi tradición eclesial.
En este tiempo de formación hemos conocido muchas historias de vida, relatos de comunidades, paisajes transformados y memorias de lucha, desde las pantallas, con una enorme capacidad creativa y cuidadosa de lxs educadores para dar lugar a todas las voces y aprendizajes con todo el cuerpo.
Cada encuentro ha sido una herramienta metodológica para volver a la reflexión y la interacción entre contenido y forma, palabra y cuerpo, individualidad y colectividad. Nos hemos acompañado en pensar herramientas y dinámicas que acompañen a nuestras organizaciones y comunidades en las diferentes instancias que nos encontramos. Ahora nos tocará compartir un tiempo y espacio común, desde donde crear y enlazar aprendizajes.
A mi, la emoción no me entra en el cuerpo!
[El cronista siente empatía, se incomoda, eso de sentir le han enseñado que le quita objetividad. Pero siente, ni modos. Siente esa tensión que atraviesa la mezcla: virtualidad-presencialidad, evangélicos-católicos, militantes-creyentes, palabra-cuerpo, forma-fondo. Por algo el camino, EL HACIA de la tierra prometida, está atravesado por las tensiones de las paradojas que nos habitan, que se sienten. Entonces, no anota nada, solo lo siente.]
La voz de lxs escuelrxs, la creatividad de lxs artistas
Soy Humberto Gamez, miembro de las comunidades de base de El Salvador.
Cuando fue el encuentro Bendita Mezcla 2023, en El Salvador, y tuve la gracia de participar algunos días, experimente algo diferente de un encuentro. La experiencia que me dejó el encuentro, me dejó inquieto. Entonces Rosy, me hiso la invitación para para participar en la segundo generación de Bendita Mezcla, que iniciaría ese mismo año. Es así que comienza mi recorrido, como escuelero en la Bendita Mezcla.
Lo aprendido en la Bendita Mezcla: una olla de sabores y saberes, el vivir en comunidad, encontrar a Diosito que camina con las descartadas, los descartados, las excluidas y excluidos. Las experiencias de hermanas, hermanos que también bien reman contra de la corriente, en la búsqueda de la justicia, nos convertimos en escuchadores para reflexionar sobre las historias vividas por hermanas y hermanos de diferentes países. En resumen, la Bendita Mezcla me ha ayudado a madurar una fe liberadora. El porqué de participar en Chiapas 2025, para aprender una nueva experiencia más que marque el camino de las comunidades que hay que seguir, para ir construyendo el Reino de Dios, las experiencias marcan un antes y un después, que nos ayudan a construir el camino hacia un Dios liberador.
[La fe como fruto maduro. El cronista dibuja un mango, de esos que crecen en el Bajo Lempa, esa cuenca en la que vive Humberto, su fe se parece en dulzura y saber-sabor, a los mangos que caen justo a tiempo de esos arboles, para alegrar la barriga de su pueblo. Casi saboreando estaba cuando una prieta pone un grito en el cielo:]
“Por aquí pasó la Bendita Mezcla, me dio rai, viajé con ella y no dan ganas de apiarse”
Soy Fátima, una artista comunitaria que confía en el arte como impulso para la liberación de los pueblos, me duele tanto la institucionalidad del arte y más su manera tan abusiva de ser mercantilizada.
¿Cómo llego la Bendita Mezcla, como resonó y apareció en mi camino/destino? fue para mí el seguir un rastro dentro de las comunidades de la CEBS, desde la complicidad con otras personas, amigas, aliadas, compañeras, me mezclaba en compañía de los títeres con las comunidades de Cacaopera, Ángela Montano y el Bajo Lempa, ahí en las paredes de lugares de encuentro y comunidad encontré las estampas, encontré memorias y mensajes a descifrar, era el rastro de la Bendita Mezcla en murales, frases, canciones; comenzaron las preguntas interminables y el compartir de experiencias de lo que la Bendita Mezcla significa para muchos y muchas dentro de estas comunidades, hasta que llegó a mí la convocatoria, el llamado. Ni lenta, ni perezosa quería aprender de esa Bendita Mezcla y es que desde el primer encuentro me retumbo en el corazón un mensaje divino, un aprendizaje nuevo y sobre todo una curadita en la herida del alma “No puedo conocer a Dios, sin antes poder hacer mía tu experiencia, tus sentimientos, tus luchas” a partir de ahí me vi conmovida de tantas maneras, pero sobre todo me sentí acompañada, a través de la palabra de las demás y de mis propias reflexiones sobre la teología, sobre esa pedagogía humanizante y el sabio conocimiento que resguarda la comunidad.
Tengo entre mis garabatos un texto que dice así:
[El cronista mira, atónito, como en tiempos de virtualidad, la jovena saca una libreta, hecha con sus propias manos, y dentro de ella, escrito con sus propios dedeos, unas letras de tinta, que dicen:]
“Las preguntas que nunca compartí ¿Es posible que dentro de estas nuevas narrativas se pueda hablar de un nuevo sentir a Dios? Porque a veces he percibido que parece que solo hay una forma de sentirlo y cuando no se siente desde lo normado se excluye a la persona que lo vive diferente. Es más, cuando haces la pregunta (parafraseando) ¿Cómo dios pasó por nuestra vida? no se realmente si puedo responderla.”
No puedo particularizar mi aprendizaje en una sola experiencia, más sí puedo decir que en la Bendita Mezcla respondí mis preguntas sobre Dios y más importante aún me aprendí a mí, desde esta otra manera de vincularme con Dios, a reconocer a Dios en la comunidad, en mi arte, en los ojos de quienes luchan y que si quiero darle un rostro tengo de donde escoger, para aprender a confiar, para volver a creer, para sentir el amor, no como una promesa divina, sino como un fueguito que calienta e ilumina todo lo justo y verdadero, el refugio que toda persona necesita y merece para continuar. Y la pregunta que antes no podía responder ¿Cómo Dios pasó por nuestra vida? Ahora tiene muchas repuestas y una de ellas es, en esta Bendita Mezcla.
[El cronista da un Paso, para que la metáfora tenga carne, movimiento, materialidad. Allí cerquita de El Salvador, para oír una voz colectiva en Honduras:]
La voz de una escuela dentro de la Escuela de comunidad
Con mucha alegría y esperanza, un grupo de servidores de la Escuela Suyapita emprenderemos el viaje hacia la Minga en Chiapas, con el deseo profundo de seguir creciendo en este camino comunitario. Vamos con la disposición de aprender nuevas metodologías, compartir nuestras experiencias, y fortalecer el espíritu de fraternidad que nos une como Comunidades Eclesiales de Base. También nos animaba el deseo de conocer otras realidades, culturas y luchas, de descubrir distintas formas de ser Iglesia y de celebrar nuestra fe de manera viva y comprometida. Creemos que es una oportunidad para construir nuevos lazos, seguir aprendiendo y reafirmar nuestro compromiso con una Iglesia más cercana, participativa y en salida.
[La fe y la lucha. El cronista, que mucho mira la tv, se sorprende con que facilidad esta gente mezclada, mezcla fe y lucha. Todo el tiempo, en todos lados. En nada se parece a esas tele-iglesias de puros y limpios. Que raro, ellos también hablan de Jesús].
Las voces son por definición diversas
Hola, soy Simón. Soy un chico trans peruano y actualmente vivo en el Callao aunque nací en una pequeña ciudad pesquera al norte del país llamada Chimbote. Participo en una comunidad luterana, en medio de un contexto familiar diverso: por un lado, mi familia materna con la teología de la liberación católica; por otro, mi familia paterna con una tradición evangélica bautista más conservadora. En ese cruce, el ecumenismo ha sido un regalo: me ha permitido descubrir que todxs somos en verdad una Bendita Mezcla.
La minga en Chiapas, para mí, es un encuentro donde tejemos experiencias desde muchas formas de ver, vivir y amar el mundo. Como una gran pintura que se enriquece con cada voz y con cada historia distinta. Y eso me emociona mucho, porque así de diversa y poderosamente se expresa Dios en toda su creación.
Espero que esta minga nos permita cosechar todo lo que hemos sembrado en estos años de escuelita, y que lo compartido siga floreciendo entre nosotrxs.
[El cronista se sienta. Descansa del camino, de la escucha, de las miradas, del proceso. Le han sugerido que meta todo esto en la IA, que ella sola hará el trabajo de contar de la mejor manera las cosas. Él no se resigna a entregar la trama. Está cargado, siente que no puede hacer una buena crónica con tanta vida, siente que la primera persona que caracteriza a las crónicas narrativas, no es pertinente, tendería a homogeneizar. Será que hay que visitar otras formas entonces, piensa, mientras se queda dormido, camino a Chiapas.]
-Continuará-
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