[Comunidad Memoria Viva]
El 22 de julio en Parroquia Universitaria se presentó este libro de varios autores, fue una presentación coloquial “para amigos de Cacho, de ayer y de hoy”. Compartimos parte de lo expresado y vivido esa noche.
Mercedes Clara
Todavía la vida de Cacho tiene mucho más para dar de sí misma y sentimos que en este presente realmente hay muchos hilos para tirar de esa experiencia. En esos encuentros (de la comunidad Memoria Viva) donde vamos rezando, a partir de lo que Cacho dijo e hizo, entretejiéndolo con nuestras propias vidas, es que surge este librito, que es lindo porque es escrito por muchas manos. Es fruto de esos encuentros, y deseamos que sea excusa para que otros grupos puedan encontrarse, contribuimos con la experiencia de Cacho y con reflexiones; queremos invitar a compartir y hacernos preguntas.
El nacimiento de este libro es esta apuesta por lo comunitario, por esa reflexión que necesitamos para alimentar la espiritualidad que nos permite vivir la experiencia de fe en nuestra vida cotidiana, en lo que son nuestras relaciones, en lo que es lo duro de la vida, en ese rezo compartido, donde Cacho siempre está en el centro animándonos a dar un paso más. Como fue su vida, a dar un paso más cruzando fronteras. Él mismos nos invita y nos llena de preguntas. En cada reunión decimos no puede ser: siempre hay algo más nos plantea, siempre nos da una vuelta más, no nos deja de asombrar… y esa es la experiencia que queremos compartir aquí con este librito, para que siga animando a muchos.
Así que estamos felices de estar acá compartiendo este producto comunitario que se va a ir alimentando en la medida que otros y otras lo tengan también en sus manos y se animen a pasarlo por su vida. Estas páginas son palabras, pero sobre todo son “entre líneas” _a partir de una experiencia que nos atrapa. Gracias por estar acá esta noche.
Leonardo Vernazza
Este libro nació también de una necesidad de explicitar lo implícito. A a mí personalmente siempre me causó molestia que se hablara del Padre Cacho solo como un asistente social. Como que él había hecho una obra social y que no había hablado mucho de Jesús, no había evangelizado mucho. Eso siempre me molestó mucho y más después de haber entrado en contacto, primero con el libro de Mercedes y después con el libro "Encuentros, mística de un compromiso" que es el libro de oraciones de Cacho.
Cuando entré en contacto con sus oraciones, me impactó la profunda espiritualidad que sostenía a Cacho y después cuando uno lee su vida a la luz de estas oraciones ve como todo esta sostenido por eso. Por eso la necesidad de explicitar algo que no estaba tan claro en lo que es lo que la gente en general habla de Cacho. Compartiendo con Mercedes esta inquietud pensamos en invitar a otros amigos y amigas que estuvieron cerca de Cacho a compartir parte también de su reflexión.
Este no es un libro en realidad para leer, sino para vivir, para reflexionar en forma personal o comunitaria. Puede hacerlo una persona que quiere entrar en contacto con la vida de Cacho, con esa vida iluminada por el evangelio y encontrarse además con un comentario trayéndolo al hoy. Pero esperamos que también sea leído por pequeñas comunidades o grupos de reflexión y ojalá este material pueda llevarlos a encontrarse con Cacho y que se dejen interpelar, cuestionar por él.
Pero para que este libro esté hoy acá encima de la mesa fue necesario el aporte de otro actor más que nació en el seno de esta comunidad y es la Fundación Padre Cacho Memoria Viva. Es una Fundación recién nacida de la cual Mercedes es presidenta, José Lima secretario y Leandro Gómez Guerrero tesorero y todos nosotros formamos parte de ella como miembros activos, una fundación que busca, en la misma línea, compartir la memoria viva de Cacho.
Uno tiene la tendencia a “marmolizar”, apoyamos en todo el proceso de beatificación, pero siempre tiene el riesgo de dejar a Cacho como una estatua de mármol, ahora que es santo, le rezamos y ya está. Nosotros vemos que en realidad el testimonio de Cacho es para que nos interpele, para mantenerlo vivo a partir de su reflexión de sus acciones, su testimonio, sus enseñanzas, tienen mucho para decirnos hoy. Si hace 30 años él decía que “llegamos tarde”, no les puedo explicar lo que sentimos nosotros que trabajamos en esas realidades. Mercedes (desde el Ministerio Social) lo sufre cada día en primera línea en contacto con los más vulnerados.
Lo que la Fundación quiere es generar una pequeña estructura para seguir nutriéndonos, generar espacios de reflexión, espacios de formación, no solo a nivel espiritual sino de todo lo que podamos aprender de Cacho como maestro, como trabajador social. Esas voces que quemaban a Cacho dentro, siguen quemando, también nos siguen quemando a nosotros, entonces lo que queremos es generar estos espacios de reflexión, de formación para que Cacho siga vivo y seguirá vivo si podemos compartirlo y cada vez más entrar en contacto con esta memoria. Es una fuente que no se ha agotado y que podemos sacar mucho para nuestra vida hoy.
La Fundación ahora pudo publicar el libro y vamos a propiciar estos espacios formativos y ojalá podamos generar alguna acción más concreta con esos que nos queman dentro. La Fundación está abierta, pueden integrarla todos los que quieran conectar y compartir con otros el verdadero legado de Cacho… él está viviendo y caminando entre nosotros.
Pablo Bonavía
Yo comparto con muchos de los que conocieron a Cacho y están acá, una sensación muy fuerte que Cacho nos queda grande, no solo por lo que hizo, no solo por cómo se entregó, sino por la hondura que tuvo. Comparto la gratitud que muchos sentimos por lo que fue su trayectoria. Fue una gran parábola su vida.
Pero además de que siento que me queda grande, siento que cada vez que volvemos a Cacho es como con el Evangelio, aparecen cosas que ni imaginábamos que estaban ahí pero que no las habíamos visto. No terminamos nunca, en nuestro grupo que somos unos cuantos cada vez sacamos algo diferente. La Iglesia y la sociedad, no solo en Uruguay, tenemos una deuda con Cacho que solo la podemos saldar si vamos con ese espíritu de decir "él tiene algo que quizás sólo él pueda decirnos" o por lo menos sólo él con la autoridad que su vida le da a sus palabras.
Yo voy solo a decir dos cositas. “No separen los humanos lo que Dios ha unido”. Nosotros separamos sagrado y profano a nivel religioso, los que pueden y saben, de los que no pueden y no saben. Estas dos artificiales e injustas separaciones son justamente las que Jesús quiso superar para descubrir que en lo que nosotros decimos que es profano, la sacralidad de la vida y el Reino que está pujando por nacer. En eso Jesús fue tremendo, todas las alabanzas que tuvo Jesús a la hondura de la fe de otros que eran paganos o no judíos, como aquella cananea.
Yo creo que nuestra Iglesia, lamentablemente, en muchos casos está volviendo a separar cada vez más dramáticamente lo sagrado y lo profano. Las vestimentas de los curas, las celebraciones religiosas, son como un mundo aparte que se justifica por sí mismo. Podríamos preguntarnos en que nos interpela, nos cambia, nos ayuda a crecer. Yo creo que esa primera dualidad Jesús la vivió -sufrió- muy profundamente en su propia vida; todos recordamos lo que dijo del templo, el sábado, de los ritos. Hoy la Iglesia necesita volver a superar esa dualidad, esa falsa separación entre lo sagrado y lo profano, que concretamente se traduce en profanar lo que no es explícitamente bendecido por la iglesia.
Y la segunda dualidad él también la vivió muy intensamente: los humanos hemos separado, aunque Dios no quiere que lo separemos, y es entre el mundo de los ilustrados y el mundo de lo popular.
Cacho fue a aprender de la gente que sufre más, de la gente que aparece como ignorante, como incapaz, como poco preparada, cuya voz no importa. Cacho no hablaba en nombre de los que no tienen voz, les daba la voz. Yo recuerdo de las entrevistas que decía “voy con fulano o con mengano”. Era verdad que él creía como Jesús “te doy gracias Padre porque ocultaste estas cosas a los sabios y prudentes con títulos académicos y se las revelaste a los pequeños a los sencillos”. Esa experiencia de Cacho fue tremenda y hoy la precisamos, la precisa la iglesia, la sociedad.
Yo a veces digo “¿qué difícil sería para mi hoy tener 20 años?” Porque las referencias están todas tan confundidas que de veras es más complicado que lo que nos tocó vivir a nosotros. Necesitamos una brújula que nos ayude a reencontrar el centro que da sentido a la vida y a la fe. Creo que en Cacho hay un testimonio vital firmado con su vida. Es un privilegio haberlo conocido y seguir conociéndolo. Porque Cacho es abruptamente diferente. En la sociedad y la iglesia somos muchos los que nos preocupa la situación de los que viven peor, y organizamos tareas para eso, pero él fue a vivir con ellos. Yo no conozco otro caso en que, para transformar las relaciones de dominio en relaciones de igualdad, alguien se juegue hasta ir a vivir a un rancho con y como viven ellos. Uno de los que más ha trabajado en el libro ha insistido mucho en una frase: “en Cacho Dios se hizo vecino”. El Verbo se hizo vecino y eso a todos nos interpela. Este no es un libro sobre Cacho sino sobre lo que él es capaz de alumbrar e interpelar en nuestra vida.
Otros integrantes de la comunidad Memoria Viva: Leandro Gómez, Mary Larrosa y Rosa Ramos, aportaron en la presentación aspectos acerca de estructura y contenidos del libro. A modo de ejemplo Mary presentó un capítulo en que se relata la llegada del agua al primer barrio, el trabajo “a pico y pala” de Cacho con Andresito y la fiesta posterior, atesorada como un “bautismo” por la propia gente del barrio. Rosa leyó algunos poemas-oraciones, Leandro contó sobre la “Capilla del Encuentro” (en la Universidad Católica) donde detrás del altar y en grandes dimensiones pintó a Cacho encontrándose con el Cristo del Carrito. La capilla es visitada por estudiantes y es también un modo de acercarse y dejarse interpelar allí por el Padre Cacho, representado con su ropa civil, no de cura.
La presentación dio lugar luego a la parte más rica de intercambio y de testimonios. Muchos de los presentes habían conocido a Cacho, compartieron
anécdotas y emociones. Hicimos memoria suya. No sólo el recuerdo, sino la presencia y mística de Cacho fue impregnando el ambiente.
Comunidad Memoria
©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.