[Por: Eduardo de la Serna]
En las primeras páginas de la Biblia encontramos un extraño personaje llamado Henoc. Lo encontramos en dos listas distintas en Génesis 4 y en Génesis 5. Seguramente los autores tomaron fuentes diferentes, pero no dejaron de mencionarlo porque resultaba significativo. En la primera lista, figura como hijo de Caín, y es el nombre que este le da a la ciudad que estaba construyendo en homenaje a su primogénito (4,17). En la segunda se hacen menciones a genealogías con edades insólitas (rondan los 900 años cada uno) y Henoc, hijo de Yéred, y padre del famoso Matusalén, vive “solamente” 365 años (número evidentemente simbólico – y de plenitud – ya que representa un año en el calendario solar; 5,21-23)…
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