[Por: IBC – CEP]
“El genocidio está ocurriendo en estos momentos”, declaró la comisión independiente nombrada por la ONU para investigar lo que sucede en Gaza. Por primera vez en la historia vemos en directo la destrucción y la matanza para borrar a un pueblo del mapa, atroces fotos de niños esqueléticos, sin que al parecer nadie lo impida. Se han cortado las comunicaciones e internet, por lo que la información será más difícil, pues Israel no sólo no permite el ingreso de la prensa extranjera, sino que ha asesinado a más de 200 periodistas palestinos.
Aunque los llamados a Israel no cesan, este ha desatado la ofensiva final “Carros de Gedeón 2” contra la ciudad de Gaza y ha advertido que la población debe salir de la ciudad (zona de guerra) hacia el supuesto espacio seguro de Al Mawasi, al sur de la Franja, pero no hay lugar allí, está completamente saturado y también ha sido bombardeado. Sólo un tercio de la población está evacuando la ciudad por la congestionada carretera; el resto, medio millón, no tienen cómo trasladarse, no tienen dinero para movilidad, están demasiado débiles por el hambre para huir a pie, y no tienen dónde ir. Los médicos de los hospitales que funcionan aún dicen que no pueden evacuar, que los pacientes están muy graves y débiles y no resistirán. La comunidad cristiana de la parroquia de Gaza tampoco va a salir de la zona, pues tiene refugiadas a cientos de personas. A pesar de todo eso, ahora Israel bombardea la ciudad, derriba las viviendas, ha demolido más de 50 edificios altos, escuelas, hospitales, mezquitas, y por supuesto casas.
Después de arrasar Rafa en el sur, parece que quiere hacer lo mismo con Gaza, hacerla inhabitable, y tal vez dar lugar al proyecto inmobiliario de Trump de hacer de la zona una Riviera de lujo. Esto no parecía que fuera cierto, pero lo es, y se habla de ello abiertamente e incluso ofrecen dinero para que los palestinos salgan voluntariamente de su tierra. Se ha causado una hambruna ya declarada por organismos internacionales, Israel no permite la entrada de víveres y los distribuye (es un decir) a través de su propia Fundación, que no puede cumplir esa tarea. En la búsqueda de recibir algo, ya miles de personas han sido ametralladas porque los soldados israelíes se sentían amenazados por el caos que ellos mismos crearon; más de 400 personas han muerto ya de hambre en las últimas semanas. Israel pretende que 2 millones de personas se concentren en sólo el 14% del territorio de la Franja.
En Perú, abrumados por nuestros propios problemas, no hemos prestado mucha atención, tal vez nos sentimos impotentes, pero algo se puede hacer. Un ejemplo ha sido el Encuentro Interconfesional con Oración por la Vida y la Paz en Gaza, Ucrania y Sudán, organizado por la Comisión de Movimientos Laicales de la Arquidiócesis de Lima, a propósito del Día Internacional por la Paz el domingo 21 de septiembre.
Seguir expresando solidaridad con un pueblo sufriente es ya un paso que, sumado a otros, pueda por lo menos despertar formas de apoyo efectivo al pueblo palestino, a sus (Tomado del Editorial).
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