[Por: Ilka Oliva Corado]
Clemencia compró frijol camagua, iba por chiles dulces y cebollas, pero el frijol le salió al paso desde el canasto de nía María. Primero se paró de cabeza, saltó, levantó las manos y bailó, pero Clemencia estaba entretenida buscando los chiles más galanes. El camagua no se dio por vencido y utilizó su última herramienta, se lanzó de panzazo sobre los manojos de siente montes, sabía que era la única forma de captar la atención de la despistada…
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