[Por: Marcelo Solervicens | Comentario Internacional]
La justicia brasileña rompió con décadas de impunidad al condenar un expresidente, exmilitares y autoridades por un intento de golpe de Estado que, si no funcionó, no fue por falta de planificación, sino porque esta vez no contó con el apoyo de la cúpula militar. Jair Bolsonaro era uno de los exponentes latinoamericanos de la ofensiva ultraderechista mundial. La condena provocó una crisis del bolsonarismo que esperaba volver al poder con las elecciones de 2026. Ante un bolsonarismo que pidió ayuda a su aliado Trump y ante las agresiones de Washington se refuerza el progresismo en Brasil porque se reconecta con su base social con una narrativa de defensa de la soberanía brasileña. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva resurge y aparece como favorito para un cuarto mandato en 2026. Ante el neomonroísmo Trumpista, se abriría la perspectiva de la renovación del progresismo hacia una izquierda que vuelve a defender la autodeterminación de los pueblos…
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