03 de Enero de 2014
(José Manuel Vidal) Siempre tuvo claro su programa reformista, que pasa esencialmente por descongelar el Concilio Vaticano II. Por eso, 2014 será, a mi juicio, el año en el que el papa Francisco concrete su hoja de ruta. Con cambios profundos y radicales, con aperturas inusitadas, con decisiones llamativas, con pasos firmes y seguros. Un año de la verdad. El año en que se van a poner en marcha los mecanismos con los que Francisco quiere llevar a cabo su revolución tranquila.
El Papa “del fin del mundo” se ha ganado el corazón de la opinión pública y publicada desde su primera aparición en la logia pontificia. Apoyado en el escudo protector de la gente, que acude en masa a escucharlo todos los miércoles y domingos del año, se protege del "fuego amigo" de los sectores más conservadores de la Curia y del catolicismo mundial.
(José Manuel Vidal) Siempre tuvo claro su programa reformista, que pasa esencialmente por descongelar el Concilio Vaticano II. Por eso, 2014 será, a mi juicio, el año en el que el papa Francisco concrete su hoja de ruta. Con cambios profundos y radicales, con aperturas inusitadas, con decisiones llamativas, con pasos firmes y seguros. Un año de la verdad. El año en que se van a poner en marcha los mecanismos con los que Francisco quiere llevar a cabo su revolución tranquila.
El Papa “del fin del mundo” se ha ganado el corazón de la opinión pública y publicada desde su primera aparición en la logia pontificia. Apoyado en el escudo protector de la gente, que acude en masa a escucharlo todos los miércoles y domingos del año, se protege del "fuego amigo" de los sectores más conservadores de la Curia y del catolicismo mundial.
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