La Biblia y la Teología de la Liberación. Un desafío

11 de Marzo de 2014

Eduardo de la Serna
Hace 40 años la Teología de la Liberación hizo su “presentación en sociedad”. Una serie de escritos, entre los cuales el libro con el mismo título de Gustavo Gutiérrez irrumpió en el ambiente teológico internacional. De diversas maneras se intentó desacreditarla, sea minimizándola o focalizando-distorsionando algún aspecto (“es teología pastoral”; o “es marxista”, decían), pero la TL se siguió abriendo camino en el pensamiento teológico latinoamericano, y muy rápidamente ingresando en el pensamiento africano, asiático, negro, indígena, femenino, etc.). Esto no implica que mermaran las críticas, más bien, se le sumaron a esto incluso persecuciones y martirios. 
Pero limitándonos al estricto plano teológico, la cuestión fundamental de la oposición, radicaba y radica en que, según los adversarios, esta no es verdadera -o recta- “teología”. Por eso, en un primer momento los diferentes escritos de la Teología de la Liberación se concentraron en la pertinencia de tal pensamiento teológico. Uno de los principales interrogantes era si estábamos ante una “teología de genitivo” (teología acerca de la liberación; así como había teologías de la esperanza, o teología del desarrollo), o si se estaba pretendiendo algo más. Con el tiempo, empezaron a surgir distintos escritos sobre los grandes temas teológicos, presentados “desde” la teología de la liberación: cristología, eclesiología, antropología, sacramentos, pastoral, espiritualidad, pneumatología, etc... con lo que iba quedando cada vez más claro que se trataba de un pensar teológico integral que no quiere limitarse a un tema, la liberación, sino que desde la experiencia creyente de la liberación, pretende “hacer teología”. 
 




Eduardo de la Serna

Hace 40 años la Teología de la Liberación hizo su “presentación en sociedad”. Una serie de escritos, entre los cuales el libro con el mismo título de Gustavo Gutiérrez irrumpió en el ambiente teológico internacional. De diversas maneras se intentó desacreditarla, sea minimizándola o focalizando-distorsionando algún aspecto (“es teología pastoral”; o “es marxista”, decían), pero la TL se siguió abriendo camino en el pensamiento teológico latinoamericano, y muy rápidamente ingresando en el pensamiento africano, asiático, negro, indígena, femenino, etc.). Esto no implica que mermaran las críticas, más bien, se le sumaron a esto incluso persecuciones y martirios. 

Pero limitándonos al estricto plano teológico, la cuestión fundamental de la oposición, radicaba y radica en que, según los adversarios, esta no es verdadera -o recta- “teología”. Por eso, en un primer momento los diferentes escritos de la Teología de la Liberación se concentraron en la pertinencia de tal pensamiento teológico. Uno de los principales interrogantes era si estábamos ante una “teología de genitivo” (teología acerca de la liberación; así como había teologías de la esperanza, o teología del desarrollo), o si se estaba pretendiendo algo más. Con el tiempo, empezaron a surgir distintos escritos sobre los grandes temas teológicos, presentados “desde” la teología de la liberación: cristología, eclesiología, antropología, sacramentos, pastoral, espiritualidad, pneumatología, etc... con lo que iba quedando cada vez más claro que se trataba de un pensar teológico integral que no quiere limitarse a un tema, la liberación, sino que desde la experiencia creyente de la liberación, pretende “hacer teología”. 

 

Procesar Pago
Compartir

debugger
0
0

CONTACTO

©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.