Al cuidado de la creación, casa de encuentro, corazón de humanidadZapopan, Jal., 4 de mayo de 2014A las comunidades de religiosas y religiosos de MéxicoAl Pueblo de MéxicoLas/os representantes de las religiosas y los religiosos de México nos reunimos en la XLIX Asamblea de la CIRM, del 2 al 4 de mayo de 2014, en Zapopan, Jal., y reflexionamos sobre nuestro compromiso por la justicia, la paz y la integridad de la creación. Durante esta Asamblea, hicimos un trabajo de discernimiento para escuchar a Dios donde la vida clama en medio de la situación de injusticia, violencia, muerte e impunidad que vive nuestro país, y para encontrar los caminos que Dios quiere que transitemos a fin de concretizar nuestro compromiso en el cuidado de la creación, como grito de Dios que mueve nuestro corazón a ser casa de encuentro y corazón de humanidad cósmica. Como parte de su plan de amor y dinamismo creativo (cf. Gn 2,15), el Dios de la vida compartió con el ser humano su proyecto y le dio el encargo de cuidar la creación y cultivarla con un corazón compasivo.

Al cuidado de la creación, casa de encuentro, corazón de humanidad
Zapopan, Jal., 4 de mayo de 2014
A las comunidades de religiosas y religiosos de México
Al Pueblo de México
Las/os representantes de las religiosas y los religiosos de México nos reunimos en la XLIX Asamblea de la CIRM, del 2 al 4 de mayo de 2014, en Zapopan, Jal., y reflexionamos sobre nuestro compromiso por la justicia, la paz y la integridad de la creación. Durante esta Asamblea, hicimos un trabajo de discernimiento para escuchar a Dios donde la vida clama en medio de la situación de injusticia, violencia, muerte e impunidad que vive nuestro país, y para encontrar los caminos que Dios quiere que transitemos a fin de concretizar nuestro compromiso en el cuidado de la creación, como grito de Dios que mueve nuestro corazón a ser casa de encuentro y corazón de humanidad cósmica. Como parte de su plan de amor y dinamismo creativo (cf. Gn 2,15), el Dios de la vida compartió con el ser humano su proyecto y le dio el encargo de cuidar la creación y cultivarla con un corazón compasivo.