06 de Junio de 2014
(Arnaldo Zenteno S.J)
El Espíritu Santo consagra, unge a Jesús, para su Misión: Anunciar la Buena Nueva a los Pobres, y la liberación a los oprimidos.
El Espíritu Santo nos unge para seguir fielmente a Jesús en su Misión.
En la etapa anterior, vemos como el Espíritu conduce a Jesús al Desierto y le acompaña para vencer las Tentaciones que deformarían su identidad como Mesías. O sea en negativo vemos en lo que rechaza Jesús, la deformación del Mesías, lo contrario al Proyecto de Dios. En esta etapa vemos en positivo como el Espíritu lo unge para realizar su Misión conforme con el Corazón de Dios. Y nos preguntamos por nuestra Misión.
(Arnaldo Zenteno S.J)
El Espíritu Santo consagra, unge a Jesús, para su Misión: Anunciar la Buena Nueva a los Pobres, y la liberación a los oprimidos.
El Espíritu Santo nos unge para seguir fielmente a Jesús en su Misión.
En la etapa anterior, vemos como el Espíritu conduce a Jesús al Desierto y le acompaña para vencer las Tentaciones que deformarían su identidad como Mesías. O sea en negativo vemos en lo que rechaza Jesús, la deformación del Mesías, lo contrario al Proyecto de Dios. En esta etapa vemos en positivo como el Espíritu lo unge para realizar su Misión conforme con el Corazón de Dios. Y nos preguntamos por nuestra Misión.
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