Con la invocación al Espíritu Santo que acompaña a su pueblo para construir el Reino de Dios, particularmente entre los pobre y los migrantes, inició el tercer día del II Congreso Continental de Teología.
 
La celebración litúrgica hizo eco al grito de hombres y mujeres pobres, desplazados, migrantes y marginados, “para quienes el hecho básico de sobrevivir es una dura carga”. Iluminados por la Palabra de Dios y por el llamado que el papa Francisco hace para que “el amor a los pobres está en el centro del Evangelio”, los participantes del Congreso confirmaron su “opción por los pobres” y cantaron al Dios de la vida que se revela en los pequeños, en los oprimidos y en las víctimas de la injusticia social.
 
 
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Con la invocación al Espíritu Santo que acompaña a su pueblo para construir el Reino de Dios, particularmente entre los pobre y los migrantes, inició el tercer día del II Congreso Continental de Teología.

La celebración litúrgica hizo eco al grito de hombres y mujeres pobres, desplazados, migrantes y marginados, “para quienes el hecho básico de sobrevivir es una dura carga”. Iluminados por la Palabra de Dios y por el llamado que el papa Francisco hace para que “el amor a los pobres está en el centro del Evangelio”, los participantes del Congreso confirmaron su “opción por los pobres” y cantaron al Dios de la vida que se revela en los pequeños, en los oprimidos y en las víctimas de la injusticia social.

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