Por: Edgar E. Vallecillo – San Salvador]
“Cuando decimos que te buscamos y no te encontramos, porque cerramos los ojos al excluido, marginado, indigente, al migrante, a los refugiados y a los desplazados. Digo que no te escucho, porque tapo mis oídos al grito de injusticia, al grito de la corrupción, al grito de las violaciones que día a día se dan en nuestras familias, en los lugares de trabajo, en la sociedad, y aún dentro de la Iglesia. Te pido Señor, que me revistas de fortaleza, de sabiduría, de paz, de esperanza, para sostener mi fe en cualquier situación y, sobre todo, en la tribulación al no saber qué hacer por la indiferencia que me ha caracterizado en mi vida; fórmame y sostenme, pues es mi anhelo profundo de que Tu y todas las personas encuentren en mi, una fe digna de alabanza, gloria, justicia, verdad y honor en el gran día en que te manifiestes, al igual que hoy los hecho. Que esta fe, con mi testimonio de vida, atraiga, arrastre a los que se han desviado, a los que se han endurecido en su corazón, logre encaminarlos a Tu senda de vida (…)”.
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Por: Edgar E. Vallecillo – San Salvador]

“Cuando decimos que te buscamos y no te encontramos, porque cerramos los ojos al excluido, marginado, indigente, al migrante, a los refugiados y a los desplazados. Digo que no te escucho, porque tapo mis oídos al grito de injusticia, al grito de la corrupción, al grito de las violaciones que día a día se dan en nuestras familias, en los lugares de trabajo, en la sociedad, y aún dentro de la Iglesia. Te pido Señor, que me revistas de fortaleza, de sabiduría, de paz, de esperanza, para sostener mi fe en cualquier situación y, sobre todo, en la tribulación al no saber qué hacer por la indiferencia que me ha caracterizado en mi vida; fórmame y sostenme, pues es mi anhelo profundo de que Tu y todas las personas encuentren en mi, una fe digna de alabanza, gloria, justicia, verdad y honor en el gran día en que te manifiestes, al igual que hoy los hecho. Que esta fe, con mi testimonio de vida, atraiga, arrastre a los que se han desviado, a los que se han endurecido en su corazón, logre encaminarlos a Tu senda de vida (…)”.

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