25 de Agosto de 2020
[Por: Tere y Luis Van de Velde | ]
Conocer y asumir el interés, la necesidad, la esperanza, la angustia, el amor del “pobre, del campesino, del que no tiene”. Y esto no desde investigaciones universitarias, ni desde encuestas de opinión, ni desde el diagnóstico de alguna ONG, sino desde una profunda y sincera fraternidad vivida, de sentir y dejarse sentir como hermano/a de y entre las y los pobres. Un teólogo escribió hace poco: la opción preferencia por los pobres es imposible sin ser amigo/a (verdadero/a) de gente pobre. Y esto tiene que ver “la espiritualidad de pobre”…
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