[Por: Tere y Luis Van de Velde | CEB]

Monseñor Romero es muy consciente que para las iglesias es una tremenda tentación, una “tentación más horrible” de doblegarse a la mentira para estar bien con los que adoran el poder y la riqueza.  La historia de la Iglesia es una doble cadena larga tanto de traición a la verdad, como de lucha por la verdad.  En el primer caso las Iglesias (y sus autoridades) han conseguido tremendas donaciones para la construcción de catedrales, templos, palacios episcopales y otras obras, además de las prendas personales. En el segundo caso las iglesias (y sus autoridades) fueron abandonados por los “beneficiarios generosos”, perdieron ventajas y amistades, perdieron todo poder, fueron amenazadas y hasta sufrieron asesinatos.   La iglesia salvadoreña, especialmente la arquidiócesis de San Salvador del tiempo de Monseñor Romero, ha sido uno de los ejemplos clarísimos de ese segundo caso, de esa otra corriente profética…

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