15 de Diciembre de 2020
[Por: Sofía Troncoso Undurraga - Estudiante de Artes y Humanidades de la Pontificia Universidad Católica | Sofiatu.medium.com]
Nunca había leído los diez mandamientos ni tampoco la creación. Apenas he ido a misa un par de veces a lo largo de mi vida. En primero básico mi mamá me sacó de religión y, a cambio de eso, me dediqué a hacer ejercicios de matemática en la biblioteca en ese horario hasta que salí del colegio. Un día vi un curso bíblico disponible en los optativos de mi universidad, y pensé: ¿por qué no? A diferencia de absolutamente todos que dudaban mi decisión, yo sentí una atracción inamovible. Era la Biblia: el texto más vendido del mundo y el más conocido. Como buena lectora era mi deber leer todo antes de juzgar. Por esto quiero compartirles mi experiencia, no exenta de momentos difíciles, graciosos, y algunos bastante maravillosos. Mi intención no es ser irrespetuosa a nada ni nadie, aunque mis impresiones personales puedan ser objeto de risa…
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