28 de Enero de 2016
[Por: Alfredo Barahona, revista claretiana TELAR – Publicado en Religión Digital]
“Una iglesia con poder de dominio social, político o económico, es tan aberrante como que Cristo Jesús haya sido emperador, multimillonario o esclavista. Ni Cristo lo fue, ni fundó una institución poderosa y dominadora. Su objetivo fue que una comunidad unida por el amor, la fraternidad y el servicio mutuo lo siguiera anunciando la "buena noticia" de la liberación de los oprimidos, la redención plena de los pobres, la sanación de los sufrientes y el amor de Dios (Lc 4,16-20) (…)”.
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[Por: Alfredo Barahona, revista claretiana TELAR – Publicado en Religión Digital]
“Una iglesia con poder de dominio social, político o económico, es tan aberrante como que Cristo Jesús haya sido emperador, multimillonario o esclavista. Ni Cristo lo fue, ni fundó una institución poderosa y dominadora. Su objetivo fue que una comunidad unida por el amor, la fraternidad y el servicio mutuo lo siguiera anunciando la "buena noticia" de la liberación de los oprimidos, la redención plena de los pobres, la sanación de los sufrientes y el amor de Dios (Lc 4,16-20) (…)”.
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