07 de Abril de 2016
[Por: Victorino Pérez Prieto – Amerindia Colombia]
“Cuando en el pasado año 2014 llegué a Colombia, el amigo Fernando Torres -teólogo y biblista popular- me recordó que el año siguiente se iba a celebrar el 50 aniversario de la muerte de Camilo Torres y me pidió si podía escribir algo sobre Camilo visto desde Europa, lo primero que pasó por mi mente fue la fascinación que ejercía en los jóvenes y no tan jóvenes de la Iglesia progresista española. En los curas, frailes, monjas, seminaristas y laicos, comunidades cristianas de base y parroquias comprometidas, que buscábamos en los años 70 un nuevo modelo de iglesia que saliera de las cavernas del franquismo y superara el vergonzoso papel jugado por la iglesia española, sobre todo la mayor parte de su jerarquía, en la Guerra Civil y los 40 años de franquismo. Una iglesia que buscaba ardientemente colaborar en la construcción de una sociedad democrática, más justa y solidaria, y una iglesia popular con una teología que estuviera a la altura de los tiempos, y no anclada en los paradigmas decadentes del pasado (...)”.
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[Por: Victorino Pérez Prieto – Amerindia Colombia]
“Cuando en el pasado año 2014 llegué a Colombia, el amigo Fernando Torres -teólogo y biblista popular- me recordó que el año siguiente se iba a celebrar el 50 aniversario de la muerte de Camilo Torres y me pidió si podía escribir algo sobre Camilo visto desde Europa, lo primero que pasó por mi mente fue la fascinación que ejercía en los jóvenes y no tan jóvenes de la Iglesia progresista española. En los curas, frailes, monjas, seminaristas y laicos, comunidades cristianas de base y parroquias comprometidas, que buscábamos en los años 70 un nuevo modelo de iglesia que saliera de las cavernas del franquismo y superara el vergonzoso papel jugado por la iglesia española, sobre todo la mayor parte de su jerarquía, en la Guerra Civil y los 40 años de franquismo. Una iglesia que buscaba ardientemente colaborar en la construcción de una sociedad democrática, más justa y solidaria, y una iglesia popular con una teología que estuviera a la altura de los tiempos, y no anclada en los paradigmas decadentes del pasado (...)”.
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