08 de Octubre de 2025
[Por: Elio Gasda | FAJE]
El 26 de junio de 1945, representantes de 50 países se reunieron en San Francisco, EE. UU., para firmar la Carta de las Naciones Unidas . Este documento estableció la ONU. La organización entró en vigor oficialmente el 24 de octubre. La ONU representa el segundo intento de sentar las bases de unas relaciones pacíficas entre países. El primero fue la Sociedad de Naciones. Fundada en 1920, tras la Primera Guerra Mundial, solo duró 18 años. No evitó la Segunda Guerra Mundial.
Los Estados se comprometieron a resolver las controversias por medios pacíficos, promover el desarrollo económico y social y respetar los derechos y libertades fundamentales sin distinción de raza, sexo, idioma o religión. La Carta reafirmó el compromiso con la paz, los derechos humanos y la cooperación internacional. Sus principios rectores constituyen la base del multilateralismo.
La 80.ª Asamblea General de la ONU (del 23 al 29 de septiembre de 2025) reunió a delegaciones de 193 Estados Miembros. En su discurso inaugural, el Secretario General António Guterres lamentó que los principios de las Naciones Unidas estén bajo asedio, que los pilares de la paz y el progreso se tambalean bajo el peso de la impunidad, la desigualdad y la indiferencia; que las naciones soberanas sean invadidas, que el hambre se convierta en un arma, que la verdad sea silenciada, que las ciudades sean consumidas por los bombardeos. ¡El odio crece! El nivel del mar sigue subiendo. Después de todo, ¿qué mundo queremos? ¿Un mundo donde prevalezca la fuerza bruta o un mundo regido por la ley? ¿Cuál es el problema?
El sistema de las Naciones Unidas, además de la Asamblea General, comprende seis órganos principales: el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría de los organismos especializados y organizaciones conexas: UNESCO (educación, ciencia y cultura), FAO (alimentación y agricultura), UNICEF (infancia y derechos del niño), OIT (Organización Internacional del Trabajo), OMS (Organización Mundial de la Salud) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
El Consejo de Seguridad es el único órgano con la facultad de adoptar decisiones vinculantes para todos los Estados miembros de la ONU. Quince de los 15 Estados miembros conforman el Consejo, pero cinco tienen asientos permanentes y poder de veto: China, Francia, Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos. Otros 10 son elegidos por períodos de dos años. Una resolución solo se aprueba con una mayoría de nueve de los quince miembros. Sin embargo, un voto negativo de un miembro permanente es suficiente para que la resolución fracase. El veto se utiliza a menudo para proteger los intereses estratégicos de estas potencias. Si bien todos los países tienen voz, solo cinco tienen poder de decisión. ¿Multilateralismo? En Sudán, una guerra civil ya ha matado a más de 150.000 personas y los niños mueren de hambre. La guerra en la República Democrática del Congo se ha cobrado 10 millones de vidas desde 1998. El país, con una de las mayores reservas minerales del mundo, es blanco de interés de potencias como China, Estados Unidos y las grandes tecnológicas.
Desde 1972, Estados Unidos ha vetado más de 45 resoluciones del Consejo de Seguridad sobre la ocupación israelí de Palestina. Desde el inicio del genocidio en Gaza, la Asamblea General de la ONU ha aprobado cinco resoluciones pidiendo un alto el fuego. Todas ellas fueron vetadas por Estados Unidos.
Para que la ONU esté a la altura de las circunstancias, es necesario democratizar el Consejo de Seguridad, abolir el sistema de veto y detener el comercio de armas para detener las guerras. De lo contrario, la ONU seguirá siendo una plataforma para la retórica vacía. La ONU es un órgano de la comunidad internacional. Si esta comunidad es débil, entonces la ONU es débil.
Para la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), la comunidad internacional no puede ser un simple punto de encuentro para la vida de los Estados, sino una estructura donde los conflictos puedan resolverse pacíficamente… donde el derecho internacional «debe impedir que prevalezca la ley del más fuerte» (Compendio DSI, 439). Por lo tanto, es necesario «superar las rivalidades políticas y renunciar a cualquier intento de instrumentalizar organizaciones cuyo único fin es el bien común» (Compendio DSI, 442).
Es urgente transformar las palabras en hechos. En Fratelli Tutti, el papa Francisco enfatiza que «la tarea de las Naciones Unidas, basada en los postulados del Preámbulo y los primeros artículos de su Carta Constitucional, puede considerarse como el desarrollo y la promoción de la soberanía del derecho. La justicia es un requisito indispensable para la realización del ideal de fraternidad universal. Es necesario garantizar el imperio indiscutible del derecho y el recurso incansable a la negociación, la mediación y el arbitraje, como propone la Carta de las Naciones Unidas, la verdadera norma jurídica fundamental». Por lo tanto, concluye Francisco, «es necesario evitar que esta Organización se deslegitime, ya que sus problemas o deficiencias pueden abordarse y resolverse conjuntamente» (FT, 173).
Promover y garantizar los derechos humanos, la justicia global, la fraternidad universal y el cuidado de la casa común: para eso está la comunidad internacional, y para ello se creó la ONU. «La ONU es una brújula moral y una fuerza de paz, un guardián del derecho internacional» (António Guterres).
* Élio Gasda, SJ es profesor e investigador en el departamento de Teología de FAJE.
Publicado en: https://faculdadejesuita.edu.br/onu-oitenta-anos/
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