La Cosecha de la primera jornada del IV Congreso Continental de Teología: tejer historias, resistencias y esperanza

23 de Octubre de 2025

(Por: Micaela Díaz)




Durante el IV Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña, se celebró la Cosecha del día, guiado por el equipo de Bendita Mezcla, se transformó en un momento simbólico y comunitario, donde la metáfora del tejido se hizo acción, memoria y esperanza compartida.

 

“¿Cuántas veces hemos hecho talleres con metáforas sobre el tejido y no tejíamos realmente?”, se preguntó Francisco Bosch, facilitador del encuentro, invitando a unir símbolo y materialidad, pensamiento y gesto. Así comenzó un ejercicio de espiritualidad encarnada que recuperó la imagen del tejer como signo de comunión, resistencia y narración.

 

Durante la dinámica, las y los participantes contemplaron imágenes de tejidos, símbolo que evocaba historias bordadas por mujeres arpilleras de Chile y comunidades repatriadas de El Salvador. En esos tejidos se entrelazaban relatos de luchas, resistencias y esperanzas, incluyendo los bordados de las madres buscadoras de México que, con hilo y aguja, plasman la ausencia de sus seres queridos desaparecidos.

 

Entre las historias compartidas sobre salió la de Diego Maximiliano Rosas Valenzuela, desaparecido a los 16 años en el Estado de México en 2015. Su madre, Verónica, ha transformado el dolor en oración y gesto de reconciliación: “Diego es paz, Diego es libre, Diego es hijo de Dios… Adrián también es hijo de Dios”, dijo refiriéndose al joven que lo secuestró. De esta manera el tejido se volvió posibilidad de perdón y humanidad.

 

El momento recordó también la sabiduría andina del tejer que, además de crear, comunica con el origen. “Tejer en los Andes no es solo tejer —se explicó—, es sostener un diálogo con el cosmos y atrapar la información del universo en un manto que protege de la amenaza del olvido”.

 

Desde esta inspiración, los grupos del Congreso compartieron sus nudos y hilos temáticos: En la dimensión eclesial, se denunciaron el abuso de poder y la pérdida de alegría en la vida eclesial. En la dimensión digital, se advirtió sobre la manipulación informativa y la brecha generacional.

 

En la dimensión cultural, se recordó la masacre de 2022–2023 en Perú y la persistente discriminación racial y de clase. En la dimensión política, se señaló la corrupción y la estigmatización de las víctimas. En la dimensión nueva, se mencionaron la ausencia de jóvenes, la crisis de los vínculos comunitarios y la urgencia de una ética del cuidado.

 

Cada grupo fue invitado a tejer un hilo en un gran manto simbólico que será entregado al final del Congreso, como homenaje al maestro Gustavo Gutiérrez, inspirador de esta tradición teológica que sigue urdiendo liberación desde los pueblos.

 

“El oficio de hacer teología en América Latina es artesanal”, se recordó al cierre. “No puede dejar de lado el rostro de Cristo presente en las personas concretas, en los ríos, en las montañas, en las comunidades”.

 

El encuentro concluyó entre cantos y gestos de gratitud, reiterando que tejer la vida es una tarea teológica, política y espiritual. Una invitación a no olvidar, a seguir hilando esperanza en medio del dolor, y a inaugurar —como decía el canto final— talleres donde viva lo diverso, refugios de la esperanza, lugares de nacimiento donde nadie quede fuera de la fiesta y del encuentro.

 

 

 

 

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