Eucaristía de clausura del IV Congreso de Teología: Peter Hughes invita a ponerse a los pies de la cruz

28 de Octubre de 2025

(Por: Micaela Díaz)




 

Con cantos de gratitud y símbolos de esperanza, culminó en Lima la Eucaristía de clausura del IV Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña, que este año coincidió con el Congreso Internacional Migraciones, Conflicto, Mujer y Juventud, Cuidado de la Casa Común. La celebración, presidida por el teólogo y sacerdote irlandés Peter Hughes, fue un momento de oración y compromiso, marcado por el recuerdo del maestro Gustavo Gutiérrez, a un año de su Pascua.

 

Con la intensión de agradecer al Dios por la vida, la amistad y el testimonio del discípulo de Jesús, querido hermano, amigo y maestro Gustavo Gutiérrez se celebró la misa, en un ambiente de fraternidad y emoción compartida.

 

Desde los márgenes y la cruz

 

En su homilía, Peter Hughes invitó a los participantes a situarse junto a los crucificados de hoy, “los que se sienten ninguneados, los sobrantes y desechables de esta historia de consumo y de idolatría al dios del dinero”. A partir del Evangelio de Lucas, remarcó que Jesús vino “a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos”, y que este anuncio sigue siendo “una carta magna de su proyecto”, vigente frente a las injusticias actuales.

 

El sacerdote señaló la coincidencia providencial entre el Evangelio proclamado y el último libro póstumo de Gustavo Gutiérrez, Vivir y pensar el Dios de los pobres, publicado pocos meses antes. “Eso es vivir la fe desde la práctica, desde la mística, desde el amor, y pensarla como acto segundo —que es teología— desde la perspectiva de los pobres y de los olvidados”, afirmó.

 

Hughes también se refirió al sufrimiento del mundo contemporáneo, mencionando el conflicto en Gaza como “un nuevo genocidio con todas sus letras”, y confesó el desconcierto de la fe frente a la crueldad: “Nos sentimos con sentimientos difíciles de explicar, una mezcla de frustración, rabia e impotencia que pone en tela de juicio qué significa nuestra propia humanidad”.

 

Desde una perspectiva de fe esperanzada, llamó a los creyentes a “ponerse de pie desde el pie de la cruz con el crucificado, con la víctima inocente Jesús de Nazaret”. “Su muerte cancela para siempre la violencia, el desprecio a la vida, el terror y el miedo, en favor de la fraternidad”, afirmó con tono firme.

 

Antes de un momento de silencio contemplativo, invitó: “Pensemos y compartamos un minuto de silencio… poniéndonos todos desde el pie de la cruz, entrar en el misterio pascual de Jesús que es muerte, pero también vida”.

 

Ofrendas con memoria

 

Durante el ofertorio, los participantes presentaron diversos signos de los días compartidos: el libro de Gutiérrez Libertad y esperanza; el telar confeccionado durante el Congreso, símbolo de las voces y realidades entrelazadas; y una fotografía de Gustavo, “cuya sonrisa nos ilumina y cuya palabra sigue acompañando las marchas de su pueblo”.

 

También se elevaron pañuelos de colores que representaban “los rostros de las mujeres, los niños, los jóvenes, los pueblos en su inmensa diversidad, las comunidades y la naturaleza que buscan reconocimiento y dignidad”.

 

El gesto de anudar los pañuelos en un círculo expresó la decisión de seguir tejiendo esperanza: “Que este gesto mantenga viva la memoria, la fuerza del amor y la presencia expansiva de Gustavo entre nosotros”, se proclamó en la liturgia.

 

Peticiones por la vida y la sinodalidad

 

Las oraciones de los fieles recogieron los clamores del continente: por los migrantes expulsados de sus tierras, por las víctimas de exclusión y violencia, por los jóvenes y por una Iglesia “que siga caminando en el proceso de reforma y conversión que propone la sinodalidad”. También se pidió por “una teología que mantenga viva la opción preferencial por los pobres y promueva el cuidado de la tierra y de toda vida”.

 

Envío a la acción

 

Al finalizar la misa, se compartió el mensaje final del IV Congreso de Teología, reafirmando la fidelidad a Jesús de Nazaret y su Evangelio “en el contexto de un capitalismo de guerra, genocidios y colapso socioambiental”. Los participantes enviaron además una carta al Papa León XIV, agradeciendo sus recientes mensajes y reiterando el compromiso con una Iglesia sinodal y comprometida con los pobres.

 

En las palabras finales, Peter Hughes recordó el carácter práctico del legado de Gutiérrez: “En los últimos meses de su vida, Gustavo siempre preguntaba: ‘¿Qué haces? ¿A qué te dedicas?’”. Y concluyó: “Estamos enviados por el Señor a la periferia, a la Galilea de estos días, para proclamar un Pentecostés nuevo”.

 

Con cantos de esperanza y una bendición final, la comunidad celebró el cierre de este histórico encuentro, entretejido con fe y memoria.

 

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